martes, 1 de septiembre de 2009

El llamado mortecino de una tarde lluviosa


Un tango en mi cabeza siete veces suena, y bajo esta lluvia traicionera mi voz resuena.

Una copa de vino me recuerda tu boca que me hace sentir ese calor que me hace enloquecer de pasion sintiendo la llama ardiente del amor.

Los truenos son mi consuelo, me hacen recordar el majestuoso sonido de tu voz pero que la vez me es estremecedor...

El estruendo de las gotas de lluvia en mi ventana me hacen entrar en un estado de calma como cuando acaricias mi alma.

La luz se ah ido pero eso no ah sido impedimento para el relámpago mi habitación iluminar y a pesar de eso las oscuras nubes me hacen recordar como me siento cuando no estas.

El olor de la tierra mojada me llena de envidia hacia esta ya que feliz regoza con las gotas de agua que caen del cielo y se hidrata mientras yo en mi agonía muero de sequía sin mi agua que brota de tus besos.

No se que hacer, las gotas cayendo en la ventana me van a volver loca y el estruendo de los truenos me llena de miedo, y esta fría brisa trata de congelar mi cuerpo ¿Donde estas?, ¿Hacia donde te has ido? No es que te extrañe, te me has convertido en una necesidad vuelve ya ¿O debería la muerte esperar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario